miércoles, 11 de mayo de 2011

La vida son dos días!

Intentas escucharla.
Intentas entender cada una de las palabras que dice, que canta, que expresa, que enseña, que siente.
Porque se escucha a un mínimo volumen, en el que ya con respirar, te complica la parte de escuchar.
Tratas de hacer ese silencio, y comprenderla.
Que aunque no sepas de dónde viene esa detallada música, que a penas puedes escuchar, quieres oírla y no quieres que pare.
Empiezas a escucharla cada vez más y más alta, y te das cuenta de que no suena reproducida por algún aparato, sino por alguien, que la está tocando.
Pero, de repente, para en seco.
No sabes que pasa, y vas a comprobarlo. Pero no sabes que de lo que estás haciendo, te arrepentirás en unos simples segundos de nada.
Entras en esa misteriosa y pequeña habitación y el hombre, el señor que lo tocaba, se encontraba tirado en el suelo, así, sin más...
Y ahí te das cuenta de que en cualquier momento, podría pasarte a ti, y no eso, sino cualquier otra cosa. Porque ahí ya compruebas y te das cuenta de que el dicho de: " La vida son dos días, así que disfruta cada uno como si fuese el último", lleva toda la razón.
Y consigues darte cuenta, de que esa fue la última canción de ese pobre hombre, pero que sin embargo, murió haciendo lo más que le gustaba, haciendo música.

No hay comentarios:

Publicar un comentario